jueves, 2 de diciembre de 2010

Hillary Clinton, en la mira por las filtraciones de WikiLeaks

Aumentan las presiones sobre la Secretaria de Estado norteamericana para que asuma la responsabilidad por las revelaciones de archivos de la diplomacia estadounidense.

El pasado 28 de noviembre se filtró a los principales diarios del mundo la mayor cantidad de archivos secretos en la historia de la política internacional. El responsable de haber conseguido la información sería Bradley Manning, un joven analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, quien transmitió todo el contenido robado al sitio web WikiLeaks. Esta última organización, que funciona gracias a aportes voluntarios y anónimos, fue creada en 2006 por el australiano Julian Assange, de 39 años. Poco se sabe de la vida de Assange, sobre quien pende una orden de captura internacional emitida por Interpol a pedido de la justicia sueca por abuso sexual.

El escándalo internacional que se produjo por la publicación de los más de 250.000 cables secretos, emitidos por funcionarios estadounidenses alrededor del mundo, amenaza la continuidad de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado de ese país.

La prestigiosa revista electrónica Slate, conocida por su postura progresista y sus simpatías por el Partido Demócrata, ha publicado una editorial firmada por Jack Shaffer en donde se pide la renuncia de Clinton a su cargo. Desde Venezuela, Hugo Chávez ha solicitado lo mismo, aduciendo que la maniobra de la Secretaria de Estado consiste en culpar a WikiLeaks y no hacerse responsable por el espionaje de diplomáticos estadounidenses que operaban bajo sus órdenes, algo que quedó de manifiesto en los cables filtrados. Finalmente, el enigmático Julian Assange declaró en una entrevista vía Skype (desde un lugar desconocido) con la revista Time que Clinton debe dejar el cargo, sin importar si es por propia voluntad o por despido.

Llamativamente, la oposición en Estados Unidos aun no ha pedido la renuncia de Hillary Clinton, sino que al igual que esta última, se ha abocado a culpar a WikiLeaks y solicitan el cierre del sitio web. Ni siquiera Sarah Palin, la ex candidata vicepresidencial por el Partido Republicano y actual líder del Tea Party, un movimiento xenófobo de ultraderecha, ha reclamado la ida de Clinton. Palin, en cambio, culpa a la administración Obama por la débil respuesta posterior a la publicación de los documentos secretos y la demora en la captura de Assange.

En cuanto a la calidad de los cables publicados, cabe separarlos en dos grupos de acuerdo a su importancia. Por un lado, existe una gran cantidad de comentarios anecdóticos y simplistas realizados por funcionarios de menor jerarquía de embajadas y consulados estadounidenses. En esta línea se inscriben aquellas comunicaciones que se refieren a la “voluptuosa rubia” que acompaña a todos lados al líder libio Muammar Khaddafi, el “machismo” de Vladimir Putin o las “salvajes fiestas” a las que suele acudir el Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi. Por otro lado, se publicaron archivos más importantes que pueden poner en serio riesgo las relaciones de Estados Unidos con varios países, sean estos aliados o no.

Entre las filtraciones más relevantes se cuentan aquellas que se refieren al temor que existe entre los países árabes por el poderío iraní, al punto tal de presionar sus principales líderes a diplomáticos de Estados Unidos para que se lleve a cabo una guerra contra Irán con frases terminantes como las pronunciadas por el Rey Abdalá de Arabia Saudita, quien supuestamente pidió “cortar la cabeza de la serpiente” y pedidos similares de representantes de Omán, Kuwait, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos. Esta presión ejercida por naciones del Golfo Pérsico pone de manifiesto que no sólo Israel se ve amenazado por la posibilidad de un “Irán nuclear” y su actual sistema de misiles, sino que también los propios países árabes recelan del régimen de Ahmadinejad y sus ambiciones de liderazgo regional.

Un grave hecho, conocido gracias a WikiLeaks, consiste en las instrucciones que emanaron del propio Departamento de Estado en Washington hacia sus funcionarios alrededor del mundo en las cuales se les ordenaba realizar tareas de espionaje sobre líderes democráticamente electos o sobre la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su Secretario General, Ban Ki-moon. Varios de estos documentos llevan una simple firma al final: “Clinton”.

Otra importante revelación tiene que ver con los presos de Guantánamo, la cárcel que Estados Unidos mantiene en Cuba. Una vez que estallaron las guerras de Irak y Afganistán, miles de prisioneros fueron llevados hacia allí, muchos de ellos simples sospechosos sobre quienes no pesaban acusaciones formales. En el afán de librarse de ellos, Estados Unidos ofreció dinero e inversiones a la pequeña nación de Kiribati, situada en el océano Pacífico, para que accediera a recibir detenidos. Al mismo tiempo, presionaba a Yemen, Bélgica, Eslovenia y España para que hicieran lo propio.

De acuerdo a este tipo de cables, más comprometedores, se desconoce el precio final que pagará Estados Unidos por restablecer la confianza sobre sus funcionarios no sólo en aquellas naciones afectadas por comentarios despectivos u operaciones ilegales, sino en todo el planeta. Sin dudas, una primera medida en dirección a restablecer los canales diplomáticos de manera eficaz y veloz sería el reemplazo de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado, máximo órgano responsable de las relaciones exteriores de la superpotencia.



Matías Pablo Arese, Lic. en Relaciones Internacionales (UNR).
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domingo, 21 de noviembre de 2010

Atado a tu frontera



Costa Rica acudió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la semana pasada para denunciar a la vecina Nicaragua en torno a la presencia militar de esta última en el río San Juan y la Isla Caleta.

Desde La Haya -sede de la CIJ- se informó que Costa Rica solicitó medidas cautelares urgentes, algo que el Tribunal rara vez concede.

La denuncia, además de versar sobre una supuesta violación de la soberanía nacional por parte de Nicaragua, apunta también a señalar la responsabilidad de Managua sobre el daño ambiental que surgiría en la región debido a las tareas de dragado sobre el río San Juan, que se vienen realizando desde mediados de octubre.

La respuesta de Nicaragua estuvo a cargo de su Presidente Daniel Ortega, quien afirmó que se trata de un diferendo "ya juzgado" por la CIJ y que esta nueva demanda judicial constituye una "medida desesperada" por parte de Costa Rica.

A lo largo de todo el conflicto la vía elegida para intentar llegar a una solución fue la negociación bilateral, como corresponde en estos casos. Sin embargo, al tiempo que se complicaba la obtención de una acuerdo consensuado, se hizo necesaria la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar de acercar las partes.

La misión del titular de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, se llevó a cabo los días 6 y 7 de noviembre mediante un recorrido aéreo por el área en disputa. El saldo fue un rotundo fracaso, algo que ocurre con gran frecuencia en los casos de los que se ocupa la OEA, siendo el golpe de Estado que tuvo lugar en Honduras en junio de 2009 el ejemplo más resonante de ello.

Tras su intento de mediación entre Costa Rica y Nicaragua, Insulza fue por demás sincero y declaró que el accionar de la OEA "no es para tomar decisiones, sino restablecer el diálogo bilateral", una meta que, pese a ser muy poco ambiciosa, ni siquiera pudo lograrse.

Quizás la centenaria organización interamericana debiera analizar con mayor detenimiento su rol y capacidad de acción, tomando a la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) como modelo, ya que esta última ha tenido varias intervenciones exitosas desde su reciente creación, en 2004. Entre los logros de UNASUR se cuentan la pacificación interna de Bolivia y Ecuador ante movimientos antidemocráticos y la solución del diferendo entre Colombia y Venezuela en torno a las FARC.

Los modelos institucionales de OEA y UNASUR son muy distintos, ya que la primera se maneja de manera totalmente formal y tiende a ser simplemente un órgano burocrático que emite comunicaciones y declaraciones. Frente a esa pura retórica, la UNASUR es en cambio espontánea, poco institucionalizada, por momentos caótica, de carácter urgente e informal y, sin embargo, logra casi siempre llegar a un acuerdo entre las partes. Tal vez, la razón de su éxito radique por ajustarse esa forma de actuar a la realidad de las naciones que la integran.

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Know your enemy, o la victoria del Tea Party en Estados Unidos


Tal como venían anticipando las encuestas, el Partido Republicano se alzó con la victoria en la mayoría de los distritos electorales en una contienda que ponía en juego la totalidad de bancas en la Cámara de Representantes, 37 escaños sobre 100 en el Senado y 37 gobernaciones.

Lo que no era demasiado tenido en cuenta sin embargo era el triunfo de los candidatos del movimiento neoconservador y nacionalista conocido como Tea Party. Enrolados en las boletas del Partido Republicano, sus representantes dieron la sorpresa al ganar bancas en el Senado, la Cámara Alta que posee gran prestigio y relevancia en la política estadounidense.

Surgido hace poco más de un año, el Tea Party no tiene un programa definido ni líderes formales, sino que es una agrupación informal de ciudadanos WASP (del inglés: white, anglo-saxon, protestant) que ocasionalmente se disfrazan de época colonial, gritan consignas racistas, diseñan afiches xenófobos y defienden las teorías más descabelladas. La estrella del movimiento es sin dudas Sarah Palin, ex gobernadora de Alaska que perdiera la elección nacional de 2008 como candidata a vicepresidenta acompañando en la fórmula al senador republicano John McCain.

Entre los delirios del Tea Party se cuentan acusar a Obama al mismo tiempo de marxista y nazi, de haber nacido en África y de praticar el Islam como religión. Aborrecen a los intelectuales o a simples analistas que se atreven a cuestionarlos, tildándolos de "elitistas" o "liberales", uno de los insultos favoritos de la derecha norteamericana. Otra de sus consignas preferidas es vociferar contra el calentamiento global, aduciendo que es un invento de unos pocos científicos y abogan por la exploración petrolífera en las costas de Estados Unidos incluyendo Alaska, desestimando los peligros ambientales que ello supondría.

Si semejante movimiento obtuvo un respaldo electoral, es tarea urgente para la Casa Blanca el analizar seriamente qué se está haciendo mal y porqué este exótico grupo de ultraderecha obtuvo un mayor caudal de votos del que se esperaba, sorprendiendo incluso al Partido Republicano, que asiste atónito al espectáculo de ver su partido tomado por esta otrora minoría.

Con semejantes posiciones que rozan lo rídiculo y lo peligroso, cabe preguntarse si el Tea Party no debe ser considerado por el Partido Demócrata un enemigo antes que como un contrincante político honesto. En este sentido, vale recordar la obsesión de los neoconservadores por la tenencia de armas, una bandera a la que se aferran históricamente. Otro de sus "reclamos" pasa por exigir menos gobierno, rechazan el plan de salud impulsado por Obama -aprobado en el Congreso tras meses de extenuantes debates- y abogan por restaurar supuestos "valores perdidos", una proclama que nadie se atreve a preguntar a qué hace referencia en realidad.

Una explicación sobre los resultados electorales sostiene que no es tanta la cantidad de votos de confianza que el Tea Party conquistó sino que mas bien supo aprovechar la constante atención de los medios de comunicación y, en muchos casos, de su directa simpatía y aliento, como la cadena Fox, cuyo presentador estrella, Glenn Beck, organizó una masiva marcha en Washington el pasado mes de agosto con el slogan de "recuperemos a nuestro país".

Al mismo tiempo, la gran masa de electores que eligió como Presidente a Barack Obama hace dos años decidió quedarse en sus casas, desilusionados por la marcha de la economía, que se recupera a un ritmo más lento de lo que se preveía. En este sentido, el dato ampliamente negativo sigue siendo el casi 10% de desempleo que arrojan los últimos estudios económicos. Ello explicaría que una gran cantidad de jóvenes, latinos y afroamericanos que a fines de 2008 votaran por Obama, en esta ocasión optaran por no participar de los comicios.


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lunes, 9 de agosto de 2010

Cambio de mando en Colombia, una oportunidad para la paz

El Secretario General de UNASUR, Néstor Kirchner, con los Ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, María A. Holguín y de Venezuela, Nicolás Maduro. Fuente: Gobierno de Colombia.

La asunción de Juan Manuel Santos como Presidente de Colombia el pasado 7 de agosto ofrece una gran oportunidad para la normalización de las relaciones diplomáticas de ese país con sus vecinos Ecuador y Venezuela.
Si bien Santos ganó las elecciones presidenciales presentándose como el continuador de las políticas de Álvaro Uribe (de hecho fue su Ministro de Defensa entre 2006 y 2009), el gobierno venezolano ha manifestado en varias oportunidades que mantiene esperanzas en las nuevas autoridades de Bogotá. Esa lectura de Caracas se vio respaldada por el discurso del propio Santos al asumir la Presidencia, cuando afirmó de manera enfática su compromiso por la paz regional.

Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela se encuentran rotas desde el pasado 22 de julio, fecha en que Hugo Chávez decidió la drástica medida como represalia luego de una presentación de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Ante dicho organismo, el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez, denunció la presencia de cientos de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en territorio venezolano, lo que revelaría un supuesto vínculo entre el gobierno de Caracas y la guerrilla.

Con Ecuador, las relaciones diplomáticas de Colombia se hallan limitadas al rango de oficinas de negocios, ya que los vínculos normales se encuentran suspendidos por Quito desde fines de 2008. En aquella oportunidad, el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció que el Ejército colombiano violó la soberanía ecuatoriana cuando se hallaba en un operativo contra las FARC en una zona fronteriza.

Por su parte, el rol de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en el actual diferendo entre Colombia y Venezuela ha sido fundamental. Si bien la reunión extraordinaria llevada a cabo en Quito hace una semana no logró acercar a las partes, ahora se espera con ansiedad el encuentro entre Santos y Chávez en Bogotá, una reunión cumbre organizada por el Secretario General de UNASUR, Néstor Kirchner.

La celeridad con la que se planeó el encuentro entre los Presidentes de Colombia y Venezuela para destrabar el conflicto hace suponer que lo que se vivía en realidad era un profundo resentimiento a nivel personal entre Chávez y Uribe antes que a nivel institucional. Así parece confirmarlo el gran número de acusaciones mutuas que se lanzan ocasionalmente a través de los medios de prensa y, recientemente, vía Twitter. Los insultos son a título personal, no involucrando ningún resorte estatal. En ese sentido se puede leer también el accionar de Uribe, quien encargó a sus abogados que presenten querellas judiciales contra Hugo Chávez en tribunales internacionales.

Un interrogante que queda pendiente tiene que ver con el rol de Brasil durante el conflicto, ya que a diferencia de lo actuado durante el golpe de Estado en Honduras a fines de 2008, cuando mantuvo un alto perfil involucrándose de manera decidida en el tema, en esta ocasión ha mantenido una actitud por demás cautelosa y distante.
Aprovechando el vacío que generó la llamativa ausencia de Brasil, el gobierno argentino de Cristina Fernández tuvo un accionar decidido frente al conflicto entre Colombia y Venezuela, recibiendo en Buenos Aires, con apenas horas de diferencia, a Juan Manuel Santos y a Nicolás Maduro, cuando la tensión era evidente e incluso se mencionaba, desde Caracas, la posibilidad de una guerra.

Quizás desde Itamaraty, la histórica sede de la diplomacia brasileña, decidieron que era hora de dejar que UNASUR lidie con los conflictos regionales, para comprobar si puede ser una herramienta útil en un futuro cercano. Después de todo, ha sido Brasil uno de los mayores impulsores de esta joven organización.


Matías Pablo Arese,
Licenciado en Relaciones Internacionales (UNR)


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miércoles, 19 de mayo de 2010

Los límites de la Unión Europea

Habida cuenta de lo ocurrido en los últimos meses de crisis financiera internacional y sobre todo en las últimas semanas, se puede observar un escenario cambiante y de preocupación al interior de la Unión Europea.

Los casos puntuales de España, Grecia y Portugal afirmarían esto. Pareciera como si la historia de estos tres Estados va de la mano y que inconscientemente, en conjunto, producen considerables efectos. Justificando esto último podemos decir que los tres países salieron de sus dictaduras prácticamente al mismo tiempo, los tres ingresaron a la Comunidad Económica Europea en la década del 80 -si bien Grecia lo hizo un tiempo antes-, generando así lo que se llamó la “ampliación hacia el sur”. Pareciera ser que ahora estas tres economías se confabularan para desnudar los problemas que existen al interior de la UE.

Las crisis de las economías españolas, portuguesas y griegas no solo reflejan sus propios límites sino que también muestras las debilidades de la Unión Europea en general. La demora del paquete de ayuda, supeditada principalmente por Alemania y Francia en menor medida, refleja cómo la UE se comporta más como un Organismo Internacional de Crédito, en el sentido de crear condiciones de ajuste para los paquetes, que como una Unión Económica Integrada. En una declaración dirigida al Parlamento, la canciller alemana Ángela Merkel se atribuyó las exigencias a Portugal y España de ajuste fiscal, admitiendo al mismo que el grave problema de la UE no sólo parece ser el endeudamiento de algunos de sus Estados Parte sino de la misma Unión.

Este panorama ha desvelado quiénes son los verdaderos directores de la Unión, generando un creciente malestar al interior de algunos Estados, desencadenando como ya vimos una serie de hechos violentos en Grecia que no sólo estaban dirigidos hacia su clase gobernante sino además contra los países de alguna manera rectores de la Unión. De forma similar, se generó un fuerte malestar en la generalmente pasiva sociedad española, en relación al giro del gobierno de Rodríguez Zapatero, quien anunció una serie de medidas tendientes a la reducción del déficit fiscal.

Esta crisis ocurrida al interior de la Unión ha también afectado a su talón de Aquiles, el Euro. Fue así que la misma primera mandataria alemana Merkel ha admitido que el “euro está en peligro” y “si el euro cae, Europa cae”, al analizar la fuga de inversores extranjeros que refleja también la pérdida de confianza y credibilidad que está sufriendo una de las (¿hasta ahora?) monedas más fuertes del Mundo.

Federico Regenhardt, Licenciado en Relaciones Internacionales (UNR).

viernes, 7 de mayo de 2010

Grecia: ajuste y caída


Inmediatamente después que se anunciara en Grecia un duro ajuste fiscal, miles de manifestantes salieron a las calles a demostrar su fuerza opositora al modelo económico, algo que viene ocurriendo de forma usual desde 2008.

El anuncio de las nuevas medidas económicas se produjo luego de la votación en el Congreso, que aprobó el plan por 172 votos a 121. El resultado favorable en el Legislativo se explica por las férreas condiciones de salvataje impuestas tanto por el Fondo Monetario Internacional como por la Unión Europea, ámbitos de los que Grecia forma parte.

Ideado para evitar la cesación de pagos, el plan produjo sin embargo un efecto negativo a nivel mundial a horas de ser aprobado. Las bolsas de los mercados financieros de varios Estados europeos cayeron varios puntos porcentuales (alrededor de 4%) y afectó también al índice Dow Jones de los Estados Unidos.

Como resultado de la debacle helénica, ya se teme un efecto contagio o dominó en todo el mundo occidental, un escenario alimentado por el pobre desempeño económico de Estados europeos como España, Portugal y, en menor medida, Irlanda, Italia y el Reino Unido. De hecho, tras la advertencia de la calificadora de riesgo Moody's hacia estos países, cayó la cotización del Euro a su nivel mas bajo de los últimos 14 meses.

El plan de ajuste griego, que incluye el recorte de aguinaldos de funcionarios públicos y jubilados, congelamiento de salarios hasta 2013 en el sector público y una mayor flexibilización laboral para el sector privado, provocó violentas protestas en varias ciudades, incluyendo la capital, Atenas, dejando un saldo de tres personas fallecidas tras el incendio de un Banco, provocado por la ira de los manifestantes.

Otras medidas del plan, que se propone ahorrar 30.000 millones de Euros hasta 2012 inclusive, incluye la suba de impuestos, pasando el IVA de 21% a 23% y gravando de manera especial los bienes de lujo. Con respecto a la jubilación, se eleva la edad de las mujeres para el retiro, subiendo desde los actuales 60 años a los 65 años. Adicionalmente, una norma legal que prohíbe el despido superior al 2% de la planta de trabajadores de las empresas será derogada, al tiempo que se reducirán las indemnizaciones.

Como respuesta a la escalada de la crisis, Alemania, tras meses de dudas, marchas y contramarchas, finalmente aprobó un paquete de salvataje por 22.400 millones de Euros, celebrado increíblemente por Angela Merkel como un paso necesario en la "lucha de políticos contra mercados". En total, Grecia recibirá de la UE y del FMI unos 110.000 millones de Euros.

Desde la puesta en marcha de la Zona Euro en 1999, es la primera vez que uno de sus miembros recurre al FMI para una operación de rescate financiero. Pero los interrogantes que surgen son inquietantes: ¿podrá un plan de ajuste ortodoxo imponer un freno a la caída griega o acentuará aún más la recesión?

Y, finalmente, una serie de preguntas de sentido común para quien haya seguido de cerca la crisis argentina de 2001 - 2002: ¿Conviene a Grecia soportar un plan de ajuste previsto hasta 2012-2013 o es preferible, en su lugar, declarar el default y salir de la zona euro para intentar estabilizar el país en menor tiempo? ¿Qué precio está pagando Grecia por su "rescate"?

Matías Pablo Arese, Lic. en Relaciones Internacionales (UNR).

martes, 20 de abril de 2010

Un fallo, muchas dudas

Foto: EFE

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya dictaminó por 13 votos contra 1 que Uruguay no cumplió con las "obligaciones procesales" del Estatuto del Río Uruguay de 1975, es decir, los artículos 7 a 12 del mismo.

Esta primera parte del fallo era previsible, ya que es evidente el incumplimiento por parte del Uruguay en notificar previamente a la Argentina de sus intenciones sobre el río en cuestión mediante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).

La novedad radica en que la CIJ resolvió a su vez por 11 votos contra 3 que Uruguay no incumplió con las "obligaciones de fondo" del Tratado, esto es, los artículos 35, 36 y 41, que hablan de la protección del medio ambiente.

Finalmente, y en un duro revés para la Asamblea ciudadana de Gualeguaychú, la Corte resolvió que, al no haber pruebas de contaminación, no existen razones para ordenar el desmantelamiento de la planta de celulosa. De todas maneras, la Corte recuerda a las Partes que es una obligación jurídica el seguir monitoreando la calidad de las aguas del Río a través de la CARU.

El fallo es inapelable y vinculante para las dos Partes, pero al no abordarse jurídicamente aún la cuestión de los cortes de las rutas internacionales que unen la Argentina con el Uruguay, persiste la duda acerca del futuro inmediato.

La cuestión se torna incluso más espinosa si tomamos en cuenta que la mencionada Asamblea de Gualeguaychú anunció, a pesar del fallo, sus intenciones de seguir bloqueando el Puente General San Martín que une esa localidad argentina con Fray Bentos, en Uruguay.

Para intentar solucionar este delicado tema aun pendiente se espera un encuentro entre Cristina Fernández de Kirchner y José Mujica para las próximas semanas.

jueves, 18 de febrero de 2010

Malvinas: ¿existe realmente una 'escalada diplomática'?



Cada año, sin excepción desde la guerra del Atlántico Sur de 1982, medios de comunicación argentinos y británicos encuentran propicio agitar el fantasma de una escalada diplomática entre ambos Estados. Incluso, cierto sector de la prensa inglesa no duda en sugerir la posibilidad de enfrentamientos militares.

La razón que subyace a tal comportamiento es simple. Cada año que comienza trae un nuevo aniversario del conflicto bélico. Mucho antes del 2 de abril ya se publican declaraciones 'polémicas' o se presentan hechos supuestamente 'nuevos' con respecto a Malvinas.

En este 2010, sin embargo, hay razones valederas para que aparezcan publicados artículos en referencia a Malvinas ya en febrero. El motivo es la exploración offshore que realizan empresas británicas en las aguas en litigio, en búsqueda de petróleo.

Ante este panorama, la Cancillería argentina se prepara para hacer lo que le corresponde de acuerdo a derecho internacional, esto es, reclamar ante las Naciones Unidas, el próximo miércoles 24 de febrero en New York, además de haber presentado ya una queja formal ante la embajada británica en Buenos Aires. Desde la ocupación de las islas en 1833 por tropas inglesas el reclamo argentino es permanente, así como también la impasividad y el cinismo de Londres.

Lo novedoso del accionar argentino en esta oportunidad es que la protesta formal no constituye la única política, sino que la misma es acompañada por un decreto presidencial que obliga a toda embarcación que se dirija a cualquiera de las islas en litigio a pedir previa autorización a la Argentina.

Cabe recordar, asimismo, que por ley nacional toda empresa que participe de la exploración y, eventualmente, explotación de hidrocarburos en aguas circundantes a Malvinas verá prohibida su actividad comercial en territorio argentino. Es por ello que la actual exploración es llevada a cabo por pequeñas empresas británicas, sin participación de grandes petroleras multinacionales.

Otra salvedad a tener en cuenta no es menos importante: hasta ahora no se ha encontrado una sola gota de petróleo en Malvinas o en las demás islas en conflicto de soberanía. Las estimaciones sugieren que efectivamente hay yacimientos petrolíferos en la zona, pero lo que no está claro es la conveniencia económica de explorar en semejante entorno geográfico.

Dada la situación, la respuesta argentina no hace mas que refugiarse en el derecho internacional y el uso de la diplomacia. Es difícil coincidir entonces con la adjetivación de 'escalada'. Simplemente, son aspectos contemplados en la vida institucional de un Estado. Ahora bien, la utilización de cierta propaganda nacionalista con fines de política interna es otra cuestión.

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viernes, 29 de enero de 2010

El auge de la tragedia en las Relaciones Internacionales

Hay una tendencia harto generalizada, desde que ocurriera el tsunami del Océano Índico en 2004, a reducir el papel de las Relaciones Internacionales a una especie de Guardián de la Humanidad -de la occidentalidad, a decir verdad- ante catástrofes, ya sean éstas naturales (inundaciones, pandemias, terremotos, sequías) o producidas por la mano del hombre, principalmente, terrorismo.

Se trata del aumento de las demandas por parte de ciudadanos "atrapados" y en estado de indefensión en alguna calamidad en el extranjero que reclaman a sus países de origen, mediante embajadas, consulados y medios de comunicación, que se solucione su situación de manera urgente.

Ante este cuadro, es entendible el reclamo e incluso la protesta airada. Sin embargo, hay que destacar que el hecho de velar por la situación de los connacionales en territorio ajeno al propio es una parte integrante de los deberes de las cancillerías de todo el mundo, no el único fin.

Además, suele dejarse de lado el hecho de que corresponde en primer lugar al Estado en donde acontece el fenómeno el intentar ayudar por sus propios medios a todos los damnificados en su territorio nacional (como es el caso de la respuesta de las autoridades peruanas ante los recientes deslizamientos de lodo en el Machu Picchu) o, en su defecto, pedir ayuda inmediatamente como lo hizo Haití ante el terremoto del pasado 12 de enero.

Las páginas de la sección Internacionales de la prensa mundial se llenan de relatos desgarradores, fotos de la tragedia, crónicas de las ineptitudes a la hora de distribuir alimentos y medicamentos, entre otras denuncias. Una mente desprevenida hasta podría llegar a pensar que esa es la función específica de la ONU.

De todas maneras, cabe admitirse la posibilidad de que la agudización simultánea de dos fenómenos posmodernos como lo son la globalización y el calentamiento global haga necesaria la revisión y el aumento de las políticas gubernamentales e internacionales frente a posibles desastres naturales y toda clase de sucesos que antes eran impensados o, al menos, localizados, y sin implicancia directa sobre terceros.

El debate ya está en marcha al menos en los Estados Unidos, en donde la ayuda que brinda esa potencia, llamada USAID, que siempre ha sido una herramienta más de política exterior, está siendo objeto de forcejeos políticos entre el Congreso, con la voz cantante de John Kerry y el Departamento de Estado, al mando de Hillary Clinton, ambos del mismo partido gobernante.

Quizás la trágica experiencia de Haití proporcione un punto de partida para el desarrollo de una logística y coordinación en el seno de la comunidad internacional ante desastres de gran magnitud como el terremoto allí ocurrido.

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