martes, 9 de agosto de 2011

El llamado de Londres



Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 eligieron -hace escasas semanas- London Calling, tema de The Clash, como cortina musical de las campañas publicitarias de dicho evento deportivo internacional.

Quizás animados por la frase de la canción que dice "El llamado de Londres a las ciudades más alejadas", pensaron que era símbolo de una especie de hermandad inocente de personas de todo el mundo tomándose las manos con un arcoiris de fondo. En realidad, la letra desmiente esa imagen de manera inmediata, cuando sigue: "Ahora la guerra se declara y comienza la batalla".

Evidentemente, la banda The Clash, una de las precursoras del punk, estaba más cerca de relatar una explosiva situación de rebelión popular como la que se vive en Londres desde el pasado fin de semana que del marketing político de los JJ.OO.

Manifestándose contra la policía por el asesinato de un joven desarmado, cientos de personas se movilizaron primero en Tottenham, barrio al norte de Londres donde reina el desempleo, la exclusión y la pobreza, para luego generar demostraciones similares en ciudades de todo el país.

Como ya ocurrió en Francia en 2005 y 2007 y en Grecia en 2008, el detonante de la reacción popular es el accionar de la policía, que actúa siempre de la misma forma en "hechos confusos" que terminan costándole la vida a un civil en un barrio poblado de inmigrantes y locales excluídos del sistema.

Si bien esa es la causa inmediata, la explicación oficial, existen otros factores de peso a la hora de analizar las causas que llevan a miles de jóvenes a quemar autos particulares, saquear comercios y enfrentarse con la policía sin ningún miramiento.

Como ya señaláramos anteriormente en otro post, preferimos buscar respuestas en diagnósticos como los de Slavoj Zizek. En su momento afirmaba el filósofo esloveno: "Lo que hay que resistir (...) es la búsqueda de un significado o mensaje más profundo oculto en esos estallidos. Lo más difícil de aceptar es, precisamente, su extrema ausencia de sentido: más que una forma de protesta, constituyen un passage a l'acte que testimonia no sólo la impotencia de los perpetradores, sino, sobre todo, de la falta de lo que Frederic Jameson llamó ‘mapeo cognitivo’, de su incapacidad para inscribir la experiencia de su situación en un todo significativo" (1).

De manera similar, el polaco Zygmunt Baumann escribe: "Al carecer de vías de canalización estables, nuestro deseo de asociación tiende a liberarse en explosiones aisladas... y de corta vida, como todas las explosiones (...). A veces, a través de estallidos de hostilidad y agresión" (2).

En la vereda opuesta a estos puntos de vista académicos se encuentran la mayoría de los medios de comunicación, preocupados por el desorden (vidrios rotos, autos quemados, columnas de humo) que queda en las calles luego de la represión policial y empeñados en señalar a todos los manifestantes como delincuentes. Justo lo que esgrime el primer ministro David Cameron. Y Bashar al Assad en Siria. Y Gaddafi en Libia. Distintos escenarios, sí, pero igual cinismo de los líderes políticos que prefieren no hacerse cargo de sus errores.

La realidad socio-económica mundial desde 2008 indica que mientras se siga optando por el ajuste, la reforma laboral, el recorte de jubilaciones y congelamiento de salarios, estos estallidos seguirán teniendo lugar y de manera cada vez más violenta. En el primer mundo inglés, en la vieja Europa española, francesa o griega y en la siempre postergada África.


Matías P. Arese
Lic. en Relaciones Internacionales (UNR).


(1) Slavoj Zizek; “Francia violenta, la sociedad en riesgo”, Revista Ñ, Buenos Aires, 12/11/2005.

(2) Zygmunt Baumann; “En busca de la política”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001.


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sábado, 28 de mayo de 2011

¿Qué ocurre en el mundo árabe?


El 17 de diciembre de 2010 el manifestante tunecino Mohammed Bouazizi, un estudiante universitario desempleado y vendedor ambulante, se prendió fuego frente a una oficina municipal de la ciudad de Sidi Bouzid, en protesta por el maltrato policial que había sufrido horas antes cuando las fuerzas locales desmantelaron su puesto. Seguramente no estaba en la cabeza de nadie que el acto bonzo del joven Bouazizi fuera a desencadenar una serie revueltas en todas las calles de Túnez, que luego se extenderían por toda la franja norte de África, llegando incluso a algunos países de medio oriente.

Luego del suceso ocurrido en Sidi Bouzid, otro joven tunecino se suicida electrocutándose en una manifestación pública al grito de “No a la miseria, no al desempleo”, generando una nueva oleada de protesta que llevó a gran parte de la población a marchar el día 27 de diciembre sobre la capital y demás localidades de la Republica de Túnez. El gobierno del entonces Primer Ministro Ben Ali, quien hacía 23 años que detentaba el poder, manifiesta que las revueltas producidas en las calles responden a grupos extremistas que buscan la violencia, declaraciones que generan la ira de los manifestantes, quienes comienzan a contar con el apoyo de organizaciones civiles, como por ejemplo el gremio de abogados de la ciudad de Túnez, el cual luego jugará un papel muy importante en el derrocamiento de Ben Alí

La revuelta extendida

Ya en los primeros días de enero, comienzan a suscitarse protestas en El Líbano, Argelia y Omán, que por acción de sus respectivos gobiernos no logran extenderse. Al mismo tiempo, se produce en Túnez la renuncia de Ben Alí quien huye a Arabia Saudita, cambiando así el gobierno tras 23 años de régimen. Pero no es hasta el 25 de enero en que las protestas vuelven a resurgir, esta vez en un país de mayor importancia y dimensión que los anteriores: Egipto. En virtud de un festival nacional, miles de ciudadanos egipcios deciden marchar pacíficamente por las calles para pedir la renuncia del presidente Hosni Mubarak, quien gobernaba el país desde octubre de 1981. La reacción del gobierno fue la de proponer cambios dentro del mismo, pero sin la renuncia del primer mandatario. Esto desencadenó la ira de los manifestantes, quienes son reprimidos en las calles de El Cairo y otras ciudades. El resultado fue la rápida intervención de la comunidad internacional, sobre todo a través del gobierno norteamericano, que pidió la renuncia del presidente Mubarak quien, tras negarse rotundamente y continuar reprimiendo, presenta finalmente su dimisión el 11 de febrero y entrega el poder a los militares, cuerpo que hacía más de un mes ya no respondía a sus directivas.

Mientras Egipto comienza la vuelta a la normalidad, nuevos hechos de violencia ocurren en Irán. El caso es muy curioso y distinto a lo que ocurre en los demás países árabes, debido a que Irán ya tuvo su pequeña “revolución” hace dos años, cuando miles de jóvenes se manifestaron contra el gobierno de Mahmud Ahmadineyad en protesta por un supuesto fraude en las elecciones de 2009. “Revolución” que, pese a contar con el apoyo de los jóvenes -porcentaje cercano al 70% de la población-, fracasó. Si bien la oleada de protestas en Irán tuvo poco impulso, no es aconsejable perder de vista el caso, más aún si se tiene en cuenta la fuerza numérica de los jóvenes opositores a Ahmadineyad.

La guerra de Libia

Posiblemente el caso más significativo y trágico de todos sea el de Libia, sobre todo por la consecuencia que ha generado: una guerra internacional. Los hechos en Libia comenzaron a mediados de febrero, cuando más de dos mil manifestantes se manifestaron en la ciudad de Bengasi, segunda en importancia, por la detención de un activista de Derechos Humanos y en protesta contra la dictadura de Muammar Gaddafi, quien lleva en el poder 42 años. Lo que comenzara como una revuelta local, terminó desatando un conflicto internacional, en el cual interviene una coalición liderada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esta “intervención” militar, que comenzó con una ayuda humanitaria por parte de la coalición occidental tras la decisión de Gaddafi de bombardear a los rebeldes, ya lleva un total de más de 10.000 muertos y 50.000 heridos, según las distintas versiones que hacen públicas los líderes opositores.

Para tener en cuenta

Ha sido fundamental el papel de Internet y sobre todo el de las redes sociales en el desarrollo y evolución de los conflictos arriba mencionados. Si bien en países como Egipto o Túnez el uso de las redes sociales fue desorganizado y exclusivamente doméstico, en el conflicto libio adquirió un papel significativo desde el exterior para la organización de las fuerzas rebeldes al régimen. Un ejemplo claro es el caso del almirante norteamericano Gary Roughead, quien a través de la red social Facebook arengó a sus tropas, o el ciberactivista Mohamed Nabous, asesinado en marzo pasado, quien retransmitía sus crónicas al mundo a través de Internet.

Por Federico Regenhardt. Licenciado en Relaciones Internacionales (UNR).

viernes, 25 de marzo de 2011

Continúan los combates en Libia


El ejército libio que permanece leal a Muammar Gaddafi no ha interrumpido su ataque sobre las posiciones rebeldes al este del país a pesar de la intervención militar internacional autorizada por las Naciones Unidas.

El pasado 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó sorpresivamente la Resolución 1973, declarando la zona de exclusión aérea sobre Libia con el objetivo de proteger a la población civil de la brutal represión ordenada por Gaddafi desde que estallaran las protestas contra su régimen vitalicio a mediados de febrero.

Los principales impulsores de intervenir militarmente en el conflicto, Francia y Gran Bretaña, lograron sumar a un reticente Estados Unidos a su postura y sortear con éxito la oposición de Rusia, China (ambos con poder de veto en el Consejo de Seguridad), Alemania y Turquía (estos últimos presionaban contra una intervención en el seno de la OTAN).

Tras cinco días de intensos bombardeos aliados sobre las fuerzas armadas de Gaddafi, la conducción de los ataques -hasta el momento en manos de una coalición política ad hoc- pasó formalmente a manos de la OTAN.

Francia, único país en reconocer al Consejo Nacional de Transición (CNT) como autoridad legítima en Libia, se oponía a traspasar el mando de las operaciones a la OTAN argumentando que la coalición política informal que hasta ese momento lideraba los ataques demostraba ser un modelo exitoso al evitar objeciones de terceros que sí pueden manifestarse en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Por otro lado, los primeros frutos de la misión internacional comenzaron a sentirse recién el 26 de marzo, día en que la ciudad de Ajdabiya volvió a caer en manos de los rebeldes tras un sitio de varias jornadas y la huída de las tropas leales al régimen que Gaddafi encabeza desde hace 42 años.

Sin embargo, mientras Gran Bretaña y Francia declaran no descartar una salida diplomática, no está del todo claro el alcance de la Resolución 1973 de Naciones Unidas, ya que la misma no indica cual es el objetivo a largo plazo de la intervención, más allá de la utilización de “todos los medios necesarios para la protección de civiles y centros urbanos densamente poblados”.

Para tranquilizar a la opinión pública, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, afirmó categóricamente que en ningún momento ingresarán tropas terrestres de su país en Libia.

Lo que nadie ha develado aún es si la coalición internacional encargada de atacar al Ejército libio se propone como meta final la expulsión de Gaddafi del poder o si eventualmente se conformaría con llegar a un alto al fuego definitivo y negociar una salida pacífica al conflicto vía elecciones.

Por Matías Pablo Arese, Licenciado en Relaciones Internacionales (UNR).
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jueves, 24 de febrero de 2011

Haití continúa lidiando con sus limitaciones

A un año y un mes desde el letal terremoto de enero de 2010, Haití enfrenta aún grandes obstáculos para la reconstrucción, mientras espera con ansiedad la celebración de la segunda vuelta electoral para elegir nuevo presidente.

La isla experimenta un agitado comienzo de año, desde que el ex dictador Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier retornara desde su exilio en Francia el pasado 16 de enero, siendo acusado por la justicia haitiana apenas concretado su regreso. Duvalier, quien gobernó de facto el país bajo la figura de “presidente vitalicio” desde 1971 a 1986, es investigado por crímenes de lesa humanidad, asociación ilícita y malversación de fondos públicos.

Otro ex presidente, Jean-Bertrande Aristide, ha confirmado sus intenciones de regresar a Haití desde Sudáfrica, país donde reside desde 2004, año en que fuera expulsado del cargo presidencial ante el estallido de masivas revueltas en las calles y luego de ser aislado por la comunidad internacional. Tras varios intentos fallidos de retornar al país, finalmente tanto la Cancillería como el Ministerio del Interior haitianos otorgaron el visto bueno legal para el regreso del ex primer mandatario. Luego de dicha autorización, el abogado de Aristide aclaró sin embargo ante la prensa que su cliente quiere “dedicarse a la educación pública y no a la política”.

La agitación social provocada por la reaparición en la escena pública de dos ex presidentes se ve acrecentada por la inminencia del ballotage para las elecciones presidenciales, a realizarse el próximo 20 de marzo. La primera vuelta se había producido en noviembre de 2010, en medio de graves acusaciones de fraude e irregularidades tras las cuales debió interceder la Organización de Estados Americanos (OEA, el organismo intergubernamental hemisférico que se encargó de monitorear las elecciones) y Estados Unidos.

En las sospechadas elecciones, la candidata de centro-derecha, Mirlande Manigat, resultó ganadora, seguida por el oficialista Jude Célestin. La publicación de estos resultados desató la ira de los seguidores de Michel Martelly, un popular músico que, según el gobierno, había quedado en tercer lugar.

Ante la intervención de la OEA y la presión ejercida por la sorpresiva visita de Hillary Clinton a la isla el pasado 30 de enero, el gobierno accedió a retirar la candidatura de Célestin, otorgándole así la posibilidad de acceder al ballotage a Martelly. Sin embargo, semanas después del aparente revés del oficialismo, comenzaron a circular rumores que señalaban un acercamiento entre Martelly y el ex candidato Célestin.

La caldeada situación se agravó el pasado lunes 7 de febrero, día en que el actual Presidente de Haití, René Preval, debía dejar su cargo. Ante la indefinición de las elecciones, Preval anunció que permanecerá en el poder hasta el 15 de mayo, fecha en que traspasará el mando a quien gane la segunda vuelta. La noticia provocó la movilización de cientos de personas que reclamaron su salida inmediata del gobierno y la celebración de elecciones transparentes. Las manifestaciones fueron duramente reprimidas por la policía, sembrando nuevamente la incertidumbre sobre el futuro de Haití.

En medio de las especulaciones políticas por las elecciones, la grave crisis de salud pública que estallara a fines de octubre del año pasado, cuando se propagó una epidemia de cólera que dejó un saldo de más de 3.300 fallecidos y 150.000 infectados, sigue siendo materia de análisis. Al respecto, un estudio de la prestigiosa revista científica New England Journal of Medicine concluye que la epidemia provino del Sur de Asia, lo que confirmaría las sospechas de la mayoría de los ciudadanos haitianos que señalaban a las tropas de paz enviadas por Nepal en el marco de las Naciones Unidas como responsables de introducir la enfermedad en la isla, donde no se registraba el virus en más de 100 años.

No obstante, los cuestionamientos a la misión de paz de Naciones Unidas (conocida como MINUSTAH por sus siglas en inglés) van más allá del mencionado estallido de cólera. Desde Estados Unidos, organizaciones no gubernamentales critican duramente la falta de resultados concretos en cuanto a la reconstrucción del país luego del terremoto de principios del año pasado. La falta de coordinación, alegan, es la principal causa que impide avanzar hacia la normalización de la isla. Cabe recordar que tropas de Naciones Unidas ya se encontraban apostadas en Haití antes del terremoto, desde la crisis socio-política que terminó con el gobierno de Aristide en 2004.

Con semejante panorama sombrío, algunos analistas han llegado a hablar de la necesidad de establecer una especie de protectorado internacional sobre Haití a cargo de la ONU. Dicha propuesta sólo haría enfurecer aun más a la golpeada población, que además de lidiar con los nocivos efectos de un terremoto, una epidemia y oscuras elecciones, vería perder quizás el único atributo que sigue haciendo de Haití un Estado Nacional: la soberanía.


Matías Pablo Arese

Lic. en Relaciones Internacionales (UNR)

Artículo publicado en Sin Mordaza y Desarrollo y Región

jueves, 2 de diciembre de 2010

Hillary Clinton, en la mira por las filtraciones de WikiLeaks

Aumentan las presiones sobre la Secretaria de Estado norteamericana para que asuma la responsabilidad por las revelaciones de archivos de la diplomacia estadounidense.

El pasado 28 de noviembre se filtró a los principales diarios del mundo la mayor cantidad de archivos secretos en la historia de la política internacional. El responsable de haber conseguido la información sería Bradley Manning, un joven analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, quien transmitió todo el contenido robado al sitio web WikiLeaks. Esta última organización, que funciona gracias a aportes voluntarios y anónimos, fue creada en 2006 por el australiano Julian Assange, de 39 años. Poco se sabe de la vida de Assange, sobre quien pende una orden de captura internacional emitida por Interpol a pedido de la justicia sueca por abuso sexual.

El escándalo internacional que se produjo por la publicación de los más de 250.000 cables secretos, emitidos por funcionarios estadounidenses alrededor del mundo, amenaza la continuidad de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado de ese país.

La prestigiosa revista electrónica Slate, conocida por su postura progresista y sus simpatías por el Partido Demócrata, ha publicado una editorial firmada por Jack Shaffer en donde se pide la renuncia de Clinton a su cargo. Desde Venezuela, Hugo Chávez ha solicitado lo mismo, aduciendo que la maniobra de la Secretaria de Estado consiste en culpar a WikiLeaks y no hacerse responsable por el espionaje de diplomáticos estadounidenses que operaban bajo sus órdenes, algo que quedó de manifiesto en los cables filtrados. Finalmente, el enigmático Julian Assange declaró en una entrevista vía Skype (desde un lugar desconocido) con la revista Time que Clinton debe dejar el cargo, sin importar si es por propia voluntad o por despido.

Llamativamente, la oposición en Estados Unidos aun no ha pedido la renuncia de Hillary Clinton, sino que al igual que esta última, se ha abocado a culpar a WikiLeaks y solicitan el cierre del sitio web. Ni siquiera Sarah Palin, la ex candidata vicepresidencial por el Partido Republicano y actual líder del Tea Party, un movimiento xenófobo de ultraderecha, ha reclamado la ida de Clinton. Palin, en cambio, culpa a la administración Obama por la débil respuesta posterior a la publicación de los documentos secretos y la demora en la captura de Assange.

En cuanto a la calidad de los cables publicados, cabe separarlos en dos grupos de acuerdo a su importancia. Por un lado, existe una gran cantidad de comentarios anecdóticos y simplistas realizados por funcionarios de menor jerarquía de embajadas y consulados estadounidenses. En esta línea se inscriben aquellas comunicaciones que se refieren a la “voluptuosa rubia” que acompaña a todos lados al líder libio Muammar Khaddafi, el “machismo” de Vladimir Putin o las “salvajes fiestas” a las que suele acudir el Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi. Por otro lado, se publicaron archivos más importantes que pueden poner en serio riesgo las relaciones de Estados Unidos con varios países, sean estos aliados o no.

Entre las filtraciones más relevantes se cuentan aquellas que se refieren al temor que existe entre los países árabes por el poderío iraní, al punto tal de presionar sus principales líderes a diplomáticos de Estados Unidos para que se lleve a cabo una guerra contra Irán con frases terminantes como las pronunciadas por el Rey Abdalá de Arabia Saudita, quien supuestamente pidió “cortar la cabeza de la serpiente” y pedidos similares de representantes de Omán, Kuwait, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos. Esta presión ejercida por naciones del Golfo Pérsico pone de manifiesto que no sólo Israel se ve amenazado por la posibilidad de un “Irán nuclear” y su actual sistema de misiles, sino que también los propios países árabes recelan del régimen de Ahmadinejad y sus ambiciones de liderazgo regional.

Un grave hecho, conocido gracias a WikiLeaks, consiste en las instrucciones que emanaron del propio Departamento de Estado en Washington hacia sus funcionarios alrededor del mundo en las cuales se les ordenaba realizar tareas de espionaje sobre líderes democráticamente electos o sobre la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su Secretario General, Ban Ki-moon. Varios de estos documentos llevan una simple firma al final: “Clinton”.

Otra importante revelación tiene que ver con los presos de Guantánamo, la cárcel que Estados Unidos mantiene en Cuba. Una vez que estallaron las guerras de Irak y Afganistán, miles de prisioneros fueron llevados hacia allí, muchos de ellos simples sospechosos sobre quienes no pesaban acusaciones formales. En el afán de librarse de ellos, Estados Unidos ofreció dinero e inversiones a la pequeña nación de Kiribati, situada en el océano Pacífico, para que accediera a recibir detenidos. Al mismo tiempo, presionaba a Yemen, Bélgica, Eslovenia y España para que hicieran lo propio.

De acuerdo a este tipo de cables, más comprometedores, se desconoce el precio final que pagará Estados Unidos por restablecer la confianza sobre sus funcionarios no sólo en aquellas naciones afectadas por comentarios despectivos u operaciones ilegales, sino en todo el planeta. Sin dudas, una primera medida en dirección a restablecer los canales diplomáticos de manera eficaz y veloz sería el reemplazo de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado, máximo órgano responsable de las relaciones exteriores de la superpotencia.



Matías Pablo Arese, Lic. en Relaciones Internacionales (UNR).
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domingo, 21 de noviembre de 2010

Atado a tu frontera



Costa Rica acudió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la semana pasada para denunciar a la vecina Nicaragua en torno a la presencia militar de esta última en el río San Juan y la Isla Caleta.

Desde La Haya -sede de la CIJ- se informó que Costa Rica solicitó medidas cautelares urgentes, algo que el Tribunal rara vez concede.

La denuncia, además de versar sobre una supuesta violación de la soberanía nacional por parte de Nicaragua, apunta también a señalar la responsabilidad de Managua sobre el daño ambiental que surgiría en la región debido a las tareas de dragado sobre el río San Juan, que se vienen realizando desde mediados de octubre.

La respuesta de Nicaragua estuvo a cargo de su Presidente Daniel Ortega, quien afirmó que se trata de un diferendo "ya juzgado" por la CIJ y que esta nueva demanda judicial constituye una "medida desesperada" por parte de Costa Rica.

A lo largo de todo el conflicto la vía elegida para intentar llegar a una solución fue la negociación bilateral, como corresponde en estos casos. Sin embargo, al tiempo que se complicaba la obtención de una acuerdo consensuado, se hizo necesaria la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar de acercar las partes.

La misión del titular de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, se llevó a cabo los días 6 y 7 de noviembre mediante un recorrido aéreo por el área en disputa. El saldo fue un rotundo fracaso, algo que ocurre con gran frecuencia en los casos de los que se ocupa la OEA, siendo el golpe de Estado que tuvo lugar en Honduras en junio de 2009 el ejemplo más resonante de ello.

Tras su intento de mediación entre Costa Rica y Nicaragua, Insulza fue por demás sincero y declaró que el accionar de la OEA "no es para tomar decisiones, sino restablecer el diálogo bilateral", una meta que, pese a ser muy poco ambiciosa, ni siquiera pudo lograrse.

Quizás la centenaria organización interamericana debiera analizar con mayor detenimiento su rol y capacidad de acción, tomando a la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) como modelo, ya que esta última ha tenido varias intervenciones exitosas desde su reciente creación, en 2004. Entre los logros de UNASUR se cuentan la pacificación interna de Bolivia y Ecuador ante movimientos antidemocráticos y la solución del diferendo entre Colombia y Venezuela en torno a las FARC.

Los modelos institucionales de OEA y UNASUR son muy distintos, ya que la primera se maneja de manera totalmente formal y tiende a ser simplemente un órgano burocrático que emite comunicaciones y declaraciones. Frente a esa pura retórica, la UNASUR es en cambio espontánea, poco institucionalizada, por momentos caótica, de carácter urgente e informal y, sin embargo, logra casi siempre llegar a un acuerdo entre las partes. Tal vez, la razón de su éxito radique por ajustarse esa forma de actuar a la realidad de las naciones que la integran.

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Know your enemy, o la victoria del Tea Party en Estados Unidos


Tal como venían anticipando las encuestas, el Partido Republicano se alzó con la victoria en la mayoría de los distritos electorales en una contienda que ponía en juego la totalidad de bancas en la Cámara de Representantes, 37 escaños sobre 100 en el Senado y 37 gobernaciones.

Lo que no era demasiado tenido en cuenta sin embargo era el triunfo de los candidatos del movimiento neoconservador y nacionalista conocido como Tea Party. Enrolados en las boletas del Partido Republicano, sus representantes dieron la sorpresa al ganar bancas en el Senado, la Cámara Alta que posee gran prestigio y relevancia en la política estadounidense.

Surgido hace poco más de un año, el Tea Party no tiene un programa definido ni líderes formales, sino que es una agrupación informal de ciudadanos WASP (del inglés: white, anglo-saxon, protestant) que ocasionalmente se disfrazan de época colonial, gritan consignas racistas, diseñan afiches xenófobos y defienden las teorías más descabelladas. La estrella del movimiento es sin dudas Sarah Palin, ex gobernadora de Alaska que perdiera la elección nacional de 2008 como candidata a vicepresidenta acompañando en la fórmula al senador republicano John McCain.

Entre los delirios del Tea Party se cuentan acusar a Obama al mismo tiempo de marxista y nazi, de haber nacido en África y de praticar el Islam como religión. Aborrecen a los intelectuales o a simples analistas que se atreven a cuestionarlos, tildándolos de "elitistas" o "liberales", uno de los insultos favoritos de la derecha norteamericana. Otra de sus consignas preferidas es vociferar contra el calentamiento global, aduciendo que es un invento de unos pocos científicos y abogan por la exploración petrolífera en las costas de Estados Unidos incluyendo Alaska, desestimando los peligros ambientales que ello supondría.

Si semejante movimiento obtuvo un respaldo electoral, es tarea urgente para la Casa Blanca el analizar seriamente qué se está haciendo mal y porqué este exótico grupo de ultraderecha obtuvo un mayor caudal de votos del que se esperaba, sorprendiendo incluso al Partido Republicano, que asiste atónito al espectáculo de ver su partido tomado por esta otrora minoría.

Con semejantes posiciones que rozan lo rídiculo y lo peligroso, cabe preguntarse si el Tea Party no debe ser considerado por el Partido Demócrata un enemigo antes que como un contrincante político honesto. En este sentido, vale recordar la obsesión de los neoconservadores por la tenencia de armas, una bandera a la que se aferran históricamente. Otro de sus "reclamos" pasa por exigir menos gobierno, rechazan el plan de salud impulsado por Obama -aprobado en el Congreso tras meses de extenuantes debates- y abogan por restaurar supuestos "valores perdidos", una proclama que nadie se atreve a preguntar a qué hace referencia en realidad.

Una explicación sobre los resultados electorales sostiene que no es tanta la cantidad de votos de confianza que el Tea Party conquistó sino que mas bien supo aprovechar la constante atención de los medios de comunicación y, en muchos casos, de su directa simpatía y aliento, como la cadena Fox, cuyo presentador estrella, Glenn Beck, organizó una masiva marcha en Washington el pasado mes de agosto con el slogan de "recuperemos a nuestro país".

Al mismo tiempo, la gran masa de electores que eligió como Presidente a Barack Obama hace dos años decidió quedarse en sus casas, desilusionados por la marcha de la economía, que se recupera a un ritmo más lento de lo que se preveía. En este sentido, el dato ampliamente negativo sigue siendo el casi 10% de desempleo que arrojan los últimos estudios económicos. Ello explicaría que una gran cantidad de jóvenes, latinos y afroamericanos que a fines de 2008 votaran por Obama, en esta ocasión optaran por no participar de los comicios.


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lunes, 9 de agosto de 2010

Cambio de mando en Colombia, una oportunidad para la paz

El Secretario General de UNASUR, Néstor Kirchner, con los Ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, María A. Holguín y de Venezuela, Nicolás Maduro. Fuente: Gobierno de Colombia.

La asunción de Juan Manuel Santos como Presidente de Colombia el pasado 7 de agosto ofrece una gran oportunidad para la normalización de las relaciones diplomáticas de ese país con sus vecinos Ecuador y Venezuela.
Si bien Santos ganó las elecciones presidenciales presentándose como el continuador de las políticas de Álvaro Uribe (de hecho fue su Ministro de Defensa entre 2006 y 2009), el gobierno venezolano ha manifestado en varias oportunidades que mantiene esperanzas en las nuevas autoridades de Bogotá. Esa lectura de Caracas se vio respaldada por el discurso del propio Santos al asumir la Presidencia, cuando afirmó de manera enfática su compromiso por la paz regional.

Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela se encuentran rotas desde el pasado 22 de julio, fecha en que Hugo Chávez decidió la drástica medida como represalia luego de una presentación de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Ante dicho organismo, el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez, denunció la presencia de cientos de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en territorio venezolano, lo que revelaría un supuesto vínculo entre el gobierno de Caracas y la guerrilla.

Con Ecuador, las relaciones diplomáticas de Colombia se hallan limitadas al rango de oficinas de negocios, ya que los vínculos normales se encuentran suspendidos por Quito desde fines de 2008. En aquella oportunidad, el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció que el Ejército colombiano violó la soberanía ecuatoriana cuando se hallaba en un operativo contra las FARC en una zona fronteriza.

Por su parte, el rol de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en el actual diferendo entre Colombia y Venezuela ha sido fundamental. Si bien la reunión extraordinaria llevada a cabo en Quito hace una semana no logró acercar a las partes, ahora se espera con ansiedad el encuentro entre Santos y Chávez en Bogotá, una reunión cumbre organizada por el Secretario General de UNASUR, Néstor Kirchner.

La celeridad con la que se planeó el encuentro entre los Presidentes de Colombia y Venezuela para destrabar el conflicto hace suponer que lo que se vivía en realidad era un profundo resentimiento a nivel personal entre Chávez y Uribe antes que a nivel institucional. Así parece confirmarlo el gran número de acusaciones mutuas que se lanzan ocasionalmente a través de los medios de prensa y, recientemente, vía Twitter. Los insultos son a título personal, no involucrando ningún resorte estatal. En ese sentido se puede leer también el accionar de Uribe, quien encargó a sus abogados que presenten querellas judiciales contra Hugo Chávez en tribunales internacionales.

Un interrogante que queda pendiente tiene que ver con el rol de Brasil durante el conflicto, ya que a diferencia de lo actuado durante el golpe de Estado en Honduras a fines de 2008, cuando mantuvo un alto perfil involucrándose de manera decidida en el tema, en esta ocasión ha mantenido una actitud por demás cautelosa y distante.
Aprovechando el vacío que generó la llamativa ausencia de Brasil, el gobierno argentino de Cristina Fernández tuvo un accionar decidido frente al conflicto entre Colombia y Venezuela, recibiendo en Buenos Aires, con apenas horas de diferencia, a Juan Manuel Santos y a Nicolás Maduro, cuando la tensión era evidente e incluso se mencionaba, desde Caracas, la posibilidad de una guerra.

Quizás desde Itamaraty, la histórica sede de la diplomacia brasileña, decidieron que era hora de dejar que UNASUR lidie con los conflictos regionales, para comprobar si puede ser una herramienta útil en un futuro cercano. Después de todo, ha sido Brasil uno de los mayores impulsores de esta joven organización.


Matías Pablo Arese,
Licenciado en Relaciones Internacionales (UNR)


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miércoles, 19 de mayo de 2010

Los límites de la Unión Europea

Habida cuenta de lo ocurrido en los últimos meses de crisis financiera internacional y sobre todo en las últimas semanas, se puede observar un escenario cambiante y de preocupación al interior de la Unión Europea.

Los casos puntuales de España, Grecia y Portugal afirmarían esto. Pareciera como si la historia de estos tres Estados va de la mano y que inconscientemente, en conjunto, producen considerables efectos. Justificando esto último podemos decir que los tres países salieron de sus dictaduras prácticamente al mismo tiempo, los tres ingresaron a la Comunidad Económica Europea en la década del 80 -si bien Grecia lo hizo un tiempo antes-, generando así lo que se llamó la “ampliación hacia el sur”. Pareciera ser que ahora estas tres economías se confabularan para desnudar los problemas que existen al interior de la UE.

Las crisis de las economías españolas, portuguesas y griegas no solo reflejan sus propios límites sino que también muestras las debilidades de la Unión Europea en general. La demora del paquete de ayuda, supeditada principalmente por Alemania y Francia en menor medida, refleja cómo la UE se comporta más como un Organismo Internacional de Crédito, en el sentido de crear condiciones de ajuste para los paquetes, que como una Unión Económica Integrada. En una declaración dirigida al Parlamento, la canciller alemana Ángela Merkel se atribuyó las exigencias a Portugal y España de ajuste fiscal, admitiendo al mismo que el grave problema de la UE no sólo parece ser el endeudamiento de algunos de sus Estados Parte sino de la misma Unión.

Este panorama ha desvelado quiénes son los verdaderos directores de la Unión, generando un creciente malestar al interior de algunos Estados, desencadenando como ya vimos una serie de hechos violentos en Grecia que no sólo estaban dirigidos hacia su clase gobernante sino además contra los países de alguna manera rectores de la Unión. De forma similar, se generó un fuerte malestar en la generalmente pasiva sociedad española, en relación al giro del gobierno de Rodríguez Zapatero, quien anunció una serie de medidas tendientes a la reducción del déficit fiscal.

Esta crisis ocurrida al interior de la Unión ha también afectado a su talón de Aquiles, el Euro. Fue así que la misma primera mandataria alemana Merkel ha admitido que el “euro está en peligro” y “si el euro cae, Europa cae”, al analizar la fuga de inversores extranjeros que refleja también la pérdida de confianza y credibilidad que está sufriendo una de las (¿hasta ahora?) monedas más fuertes del Mundo.

Federico Regenhardt, Licenciado en Relaciones Internacionales (UNR).

viernes, 7 de mayo de 2010

Grecia: ajuste y caída


Inmediatamente después que se anunciara en Grecia un duro ajuste fiscal, miles de manifestantes salieron a las calles a demostrar su fuerza opositora al modelo económico, algo que viene ocurriendo de forma usual desde 2008.

El anuncio de las nuevas medidas económicas se produjo luego de la votación en el Congreso, que aprobó el plan por 172 votos a 121. El resultado favorable en el Legislativo se explica por las férreas condiciones de salvataje impuestas tanto por el Fondo Monetario Internacional como por la Unión Europea, ámbitos de los que Grecia forma parte.

Ideado para evitar la cesación de pagos, el plan produjo sin embargo un efecto negativo a nivel mundial a horas de ser aprobado. Las bolsas de los mercados financieros de varios Estados europeos cayeron varios puntos porcentuales (alrededor de 4%) y afectó también al índice Dow Jones de los Estados Unidos.

Como resultado de la debacle helénica, ya se teme un efecto contagio o dominó en todo el mundo occidental, un escenario alimentado por el pobre desempeño económico de Estados europeos como España, Portugal y, en menor medida, Irlanda, Italia y el Reino Unido. De hecho, tras la advertencia de la calificadora de riesgo Moody's hacia estos países, cayó la cotización del Euro a su nivel mas bajo de los últimos 14 meses.

El plan de ajuste griego, que incluye el recorte de aguinaldos de funcionarios públicos y jubilados, congelamiento de salarios hasta 2013 en el sector público y una mayor flexibilización laboral para el sector privado, provocó violentas protestas en varias ciudades, incluyendo la capital, Atenas, dejando un saldo de tres personas fallecidas tras el incendio de un Banco, provocado por la ira de los manifestantes.

Otras medidas del plan, que se propone ahorrar 30.000 millones de Euros hasta 2012 inclusive, incluye la suba de impuestos, pasando el IVA de 21% a 23% y gravando de manera especial los bienes de lujo. Con respecto a la jubilación, se eleva la edad de las mujeres para el retiro, subiendo desde los actuales 60 años a los 65 años. Adicionalmente, una norma legal que prohíbe el despido superior al 2% de la planta de trabajadores de las empresas será derogada, al tiempo que se reducirán las indemnizaciones.

Como respuesta a la escalada de la crisis, Alemania, tras meses de dudas, marchas y contramarchas, finalmente aprobó un paquete de salvataje por 22.400 millones de Euros, celebrado increíblemente por Angela Merkel como un paso necesario en la "lucha de políticos contra mercados". En total, Grecia recibirá de la UE y del FMI unos 110.000 millones de Euros.

Desde la puesta en marcha de la Zona Euro en 1999, es la primera vez que uno de sus miembros recurre al FMI para una operación de rescate financiero. Pero los interrogantes que surgen son inquietantes: ¿podrá un plan de ajuste ortodoxo imponer un freno a la caída griega o acentuará aún más la recesión?

Y, finalmente, una serie de preguntas de sentido común para quien haya seguido de cerca la crisis argentina de 2001 - 2002: ¿Conviene a Grecia soportar un plan de ajuste previsto hasta 2012-2013 o es preferible, en su lugar, declarar el default y salir de la zona euro para intentar estabilizar el país en menor tiempo? ¿Qué precio está pagando Grecia por su "rescate"?

Matías Pablo Arese, Lic. en Relaciones Internacionales (UNR).