
Gonzales, de 52 años y el primer hispano en acceder a un cargo de semejante importancia, anunció su decisión en medio de una serie de acusaciones en su contra por parte de la mayoría demócrata del Congreso estadounidense, que lo señala como el responsable de promover y despedir fiscales motivado exclusivamente por cuestiones políticas. También se lo acusa por permitir el programa ilegal del Presidente George W. Bush de escuchas telefónicas.
El anuncio llega apenas dos semanas después de la renuncia de Karl Rove, asesor principal de Bush y con una amistad personal con el presidente de larga data, al igual que el propio Alberto Gonzales. Ambos, Rove y Gonzales, son los principales responsables del escandaloso despido de ocho fiscales en noviembre de 2006 por razones no muy claras.
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