Tras la visita de Néstor Kirchner la semana pasada y la llegada de Lula Da Silva, por estas horas, a México DF, parece haber un genuino interés mexicano por reanudar los lazos con el Cono Sur, relegados a un modesto plano por el gobierno de Vicente Fox (2000-2006).
El primer mandatario argentino, en discursos frente a la Asamblea Nacional y en la Alcaldía del Distrito Federal, criticó severamente la construcción del muro por parte de Estados Unidos en la frontera (al que calificó de "indigno") y bregó por la pronta incorporación de México al Mercosur. Finalmente, Kirchner también se reunió con empresarios mexicanos en busca de captar inversiones para Argentina.
Por su parte, Lula Da Silva arribó a la capital mexicana para reafirmar los vínculos comerciales y firmar convenios sobre biocombustibles (etanol) y cooperación para exploración petrolera y gasífera. Pero a diferencia de la intención argentina sobre el Mercosur, el canciller brasileño Celso Amorim destacó que aún no parece ser momento adecuado para el ingreso de México a dicho proceso de integración.
De esta manera, el presidente de México, Felipe Calderón (quien asumió el poder en diciembre de 2006 tras unas polémicas elecciones nacionales), parece retomar las relaciones panamericanas, dejadas de lado por la administración Fox, que prefirió optar por estrechar relaciones con Estados Unidos y firmar acuerdos de cooperación con países de Asia-Pacífico y la Unión Europea.
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