miércoles, 15 de abril de 2009

Cuba: sin Cumbre de las Américas pero con remesas



Semana agitada para los ministros de relaciones exteriores del continente americano: el debate por Cuba se ha reavivado, y con una gran intensidad.

A días del inicio de la V Cumbre de las Américas, Estados Unidos anunció una flexibilización en su postura hacia la nación liderada por los hermanos Fidel y Raúl Castro. Las medidas incluyen la eliminación del monto máximo para las remesas impuesta por el gobierno de George W. Bush y la extensión del permiso para viajar a la isla otorgado a cubano-americanos.

Cumpliendo en parte su promesa de campaña, el Presidente Barack Obama empieza a perforar la política del embargo que data de 1962. No obstante, la eliminación total de esta ley, conocida como Helms - Burton (por los senadores que la impulsaron en 1992) es responsabilidad del Congreso estadounidense.

Además, la nueva política de Estados Unidos incluye la desregulación en materia de comunicaciones. Ello significa que las empresas norteamericanas de ese sector podrán brindar servicios en Cuba, una medida inédita que puede influir de gran manera en la relación bilateral, tanto en sentido económico como cultural, ya que la nueva dirección tomada por la Casa Blanca incluye telefonía celular, instalación de cables de fibra óptica, radio y televisión satelital.

El momento no podía ser más acertado para el anuncio de la Administración Obama, ya que no sólo constituye un poderoso gesto a pocos días de la Cumbre de las Américas a realizarse en Trinidad y Tobago, sino que además aprovecha el clima favorable a una reforma de la férrea política de bloqueo -endurecida por Bush en 2004- que incluye por primera vez en la historia de este conflicto a sectores de cubanos exiliados y políticos conservadores.

Efectivamente, ya en febrero de este año Richard Lugar, senador republicano con mayor influencia en el tema Cuba, había proclamado que la política del bloqueo es materia a revisar, dada su manifiesta falta de efectividad y pragmatismo. A su análisis se sumaron varios think tanks, incluyendo los del arco político más conservador, para sorpresa de muchos.

Como siempre, la reacción del gobierno cubano fue de espera cautelosa en cuanto a la flexibilización de la postura norteamericana. Sin embargo, en lo que respecta a la Cumbre de las Américas y al casi seguro pedido unánime por parte de las naciones latinoamericanas de que Cuba sea readmitida en el sistema institucional del continente, Fidel Castro consideró que la OEA es una organización "infame" que expulsó a Cuba en 1962 y a la que no desea "pedir limosna"

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