sábado, 14 de febrero de 2009

Crisis financiera (casi) internacional

Siendo la recesión un período de decrecimiento continuado del producto bruto interno de una economía durante dos o tres trimestres consecutivos, a fines de 2008 varios países industrializados más Islandia se declararon oficialmente bajo los efectos de tal recesión.

Si la situación se mantiene en el tiempo (no existe consenso en la definición de cuánto tiempo), estaríamos ante una depresión. La misma presenta las siguientes características: desempleo, restricción del crédito, encogimiento de la inversión, numerosas quiebras bancarias, reducción del comercio, fluctuaciones altamente volátiles del precio de la moneda y, posiblemente, devaluación. Son también probables una hiperinflación o deflación.

El 1 de diciembre de 2008 Estados Unidos anunció que su economía entró en recesión ya en el último período de 2007. La crisis generada en ese país por la explosión de la burbuja inmobiliaria se expandió rápidamente durante todo el año 2008, afectando a las principales economías del mundo, pero se manifestó de forma mucho más leve en economías en desarrollo. América Latina sólo empezó a mostrar algunos signos de desaceleración recién en los últimos meses de 2008, pero los pronósticos para este año son favorables.

¿Porqué, entonces, la crisis financiera sólo se manifestó con virulencia en las principales economías del mundo, dejando fuera a los países emergentes pero también a China? Quizás la respuesta pase por entender el nivel de regulación que ejerce el Estado sobre la economía local. Tras años de liberalismo económico, América Latina en general comenzó el siglo XXI con una fuerte presencia del Estado en el mercado. En el caso de China, esa es la política del partido comunista desde hace décadas, mezclando dosis de capitalismo y economía planificada.

Además de la falta de regulación en los principales mercados del mundo, se da la particularidad de la persistencia de anacrónicas políticas del laissez-faire más ortodoxo, como sucedió en el caso de Islandia.

Entonces, ¿se puede hablar de una crisis financiera internacional, como si ésta mágicamente se haya producido alrededor del globo? Mas bien convendría hablar de un resquebrajamiento -por ahora parcial- de una serie de elementos económicos inherentes a las potencias mundiales (política aplicada con igual resultado negativo en Islandia).

Los números son más que elocuentes. Mientras que ningún país subdesarrollado se declaró en recesión ni tuvo la necesidad de salir a rescatar bancos, empresas u organismos de crédito, en el mundo desarrollado:

° 07/09/2008: Estados Unidos sale al rescate de sus dos mayores bancos hipotecarios: Freddie Mac y Fannie Mae, inyectando 200 millones de dólares en total por los dos.
° 15/09/2008: Lehmann Brothers, cuarto banco de inversión en Estados Unidos, presenta la quiebra. El mismo día, Bank of America debe salir al rescate de Merril Lynch, comprando dicha firma por 50.000 millones de dólares.
° 14/10/2008: Francia se declara en recesión.
° 13/11/2008: Alemania se declara en recesión.
° 17/11/2008: Japón se declara en recesión.
° 28/11/2008: Suecia se declara en recesión.
° 02/12/2008: Estados Unidos se declara en recesión.
° 10/12/2008: Italia se declara en recesión.
° 23/01/2009: El Reino Unido se declara en recesión.
° 28/01/2009: España se declara en recesión.
° 04/02/2009: Panasonic anuncia 15.000 despidos y el cierre de 27 fábricas.
° 11/02/2009: El grupo PSA - Peugeot anuncia que recortará 11.000 empleos.


Conclusión.

Por más que se vean afectadas las economías de América Latina, el efecto es escasamente negativo, dada la fortaleza que presenta la región. Un informe del Banco Mundial lo describe de la siguiente manera: "Antes de iniciarse el ciclo descendente, varios países pudieron, por primera vez en 30 años, avanzar considerablemente en la reducción de la pobreza y la desigualdad. En Brasil, Chile, Argentina, El Salvador y Colombia, entre otros, ello se logró en parte gracias al espacio fiscal brindado por mejores políticas macroeconómicas. Esta situación permitió enfocar de manera inteligente el gasto social en quienes más lo necesitaban, generó superávit presupuestarios, logró aumentos nunca antes vistos en las reservas internacionales, un entorno mucho más atractivo para las inversiones y menores tasas inflacionarias".

Actualización al 15/04/2009: El Banco Mundial reiteró que algunos países de América Latina, incluyendo la Argentina, sufrirían en menor medida los impactos de la crisis global.

Matías Pablo Arese, Licenciado en Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario.


viernes, 13 de febrero de 2009

El conflicto del interior argentino. Por David Rinaudo (UNR)

Desde la implementación de las denominadas retenciones en 2002 mediante la Resolución N° 11/02 del Ministerio de Economía, su cuestionamiento ha ido creciendo casi en el mismo nivel en el que lo hacían las alícuotas que se pagaban en concepto de retenciones. Tal escalada hizo eclosión el 11 de marzo de 2008, fecha en la que se anunció la Resolución N° 125/08 del Ministerio de Economía, incrementando aquellas alícuotas en el orden del 44% para las exportaciones de soja y girasol, incorporando con ellas un innovador sistema de movilidad.

El estruendo que produjo la medida se dispersó rápidamente a lo largo y ancho del país, exteriorizándose a través de manifestaciones públicas, “piquetes”, cortes de ruta, “cacerolazos”, controles de carga, como así también en declaraciones con un contenido verbal de alto voltaje e instalándose inmediatamente como tema de prioridad en la agenda pública y acaparando la atención de todos los sectores de la sociedad.

En el transcurso de los 127 días de conflicto, la Resolución 125 llegaría al Senado para su tratamiento, siendo finalmente rechazada. Sin embargo, no sólo sigue en vigencia el régimen de retenciones previo a la modificación del 11 de marzo, sino que se ha mantenido en el tiempo como una suerte de política de Estado, pasando por tres presidentes desde la salida de la convertibilidad.

Este estado de situación si bien se ha atenuado, tanto por la disminución en la exposición pública, como por el repliegue del sector agropecuario de las rutas, aún sigue latente y con promesas de volver a la escena nacional. Visto en perspectiva, el conflicto arroja a la luz una serie de inconsistencias y la aparición de nuevos elementos en la política actual, lo que permite un breve comentario al respecto.

Desde una perspectiva de poder: el Kirchnerismo

Néstor Kirchner llega a la presidencia en 2003 con 4.232.188 de votos, es decir con el 22% de los sufragios en primera vuelta (recuérdese que la fórmula Menem - Romero con 24,4% no se presenta en segunda vuelta) conllevando así una legitimidad de origen a todas luces muy reducida.

Esta cuestión marcará sin dudas la estrategia política de su administración, intentándose ampliar constantemente su base de poder; cuya dinámica siguió principalmente dos mecanismos: “la cooptación interesada y la situación de disolución de las identidades políticas masivas. El riesgo de una concepción de esta índole es que puede conducir a considerar como enemigo a aquel que no es cooptado o que mantiene sus disidencias.” (Quiroga, H., 2008).

Precisamente el conflicto con el sector agropecuario puso de manifiesto esa concepción de poder en la dicotomía amigo – enemigo, donde el “otro” que no comparte ideas queda excluido como legítimo adversario. Esta lógica de poder fue tratada por primera vez por el teórico político alemán Carl Schmitt, adscripto al realismo político, en “El concepto de lo político” (1927), entendiendo como enemigo a aquel que se opone al propio sistema social y supone un conjunto de hombres que combate al menos virtualmente, pero con la posibilidad real de enfrentamiento, frente a otro agrupamiento de hombres. Si bien esta concepción del poder le ha sido más útil para alinear a sus seguidores que para amedrentar a sus eventuales opositores, cada vez encuentra más resistencia tanto en la sociedad como al interior del partido. Muestra de ello es la sangría de “aliados” que se produjo luego de la negativa en el Senado a la Resolución 125, y a su vez este hecho también marcaría el declive de un período signado por el confrontamiento permanente y el final de toda la construcción de poder gravitando sobre la persona de Néstor Kirchner, donde hoy se identifican con claridad lo que Rosendo Fraga denomina la Trinidad: “(Kirchner) ejerce el poder real, otro el formal (Cristina) y un tercero el político (Cobos), quien hace lo que los otros dos no hacen y deberían hacer (reunirse con De Angeli, Solá, etc.)”. Esta inconsistencia ha permitido que figuras de peso político empiecen a despuntar y a hacer sombra sobre el sitial de los Kirchner.