lunes, 17 de noviembre de 2008

El G-20, la apertura de la toma de decisiones

La crisis financiera internacional que asola al mundo entero desde hace meses ha logrado algo impensado: reunir de urgencia, en Washington, no sólo a las poderosas naciones del Grupo de los 8 sino también a un conjunto más amplio que incluye a los llamados países en vías de desarrollo. Como representantes de Latinoamérica estuvieron México, Brasil y la Argentina.

La apertura del juego político a otros Estados permite que se genere un libreto más consensuado para hacer frente a la crisis global. Si bien este cónclave denominado G-20 no es nuevo sino que data de 1999, la reunión de este sábado pasado en Estados Unidos no deja de ser un hito, ya que por primera vez son los jefes de estado los que intervienen personalmente y no sus ministros de finanzas o exteriores. Además, a diferencia de otras ocasiones, existe ahora la determinación de obtener resultados concretos, como la reforma del sistema financiero internacional.

Al respecto, analistas internacionales ya hablan de un nuevo Breton Woods, haciendo referencia a la ciudad norteamericana en la que los Aliados sentaron las bases para la organización económica internacional en 1944. Pero algunos economistas no coinciden con esta visión optimista y sugieren que las medidas implementadas por el Grupo de los 20 son insuficientes. Como reflejo, basta señalar la caída sostenida de los mercados mundiales del lunes.

Pero no todo son fríos números estadísticos. Queda como saldo positivo de la conferencia en Washington la confirmación del nuevo rol de países que históricamente no ejercieron un papel determinante en los destinos del mundo. Esta vez, las voces de los líderes de Brasil, Rusia, India y China (los denominados BRIC) son tenidas en cuenta y suficientemente valoradas.

Evidentemente, la reunión del G-20 en Washington fue solo el primero de una serie de encuentros para coordinar mecanismos de política económica y fiscal para salir de la crisis. Para abril de 2009 se espera un segundo paso: verificar que los puntos firmados (reducción de la tasa de interés e impuestos, inyección de mayor liquidez en los mercados, aumento de las regulaciones estatales, entre otros) se hayan puesto en práctica y se cumplan al pie de la letra. Esta futura reunión también hará historia: asistirá como Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, quien, a diferencia de las reticencias mostradas por Bush, sostiene que es necesario una reforma del sistema económico mundial.

A la espera de confirmación definitiva quedaron los puntos más sobresalientes de la reunión: la reforma de los organismos de crédito internacionales como el FMI y el Banco Mundial: un pedido expreso de los países emergentes desde hace años, pero que recién ahora, dada la gravedad de la crisis, es seriamente considerado.

La cuasi azarosa inclusión de Argentina en el G-20 (sucedió en 1999, antes del estallido de 2001) debe ser aprovechada al máximo para lograr una reinserción del país en la escena económica mundial, coordinando con Brasil y, en general, con el Mercosur, los pasos a seguir.

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