
Tal vez intentando ocupar el puesto que dejó vacante Tony Blair (el de aliado incondicional de George W. Bush), el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, visitó Estados Unidos y, en un hecho inédito para un mandatario francés, elogió al gobierno y a la cultura estadounidenses.
En un discurso en el Congreso de Estados Unidos, Sarkozy habló de su admiración hacia ese país y a íconos de la cultura popular como Elvis Presley (!), el escritor Ernest Hemingway y el Dr. Martin Luther King (Jr.). Además, agradeció la ayuda estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, seguida del Plan Marshall para reconstruir Europa y también celebró la lucha contra el comunismo durante la guerra fría.
Tanto halago desmesurado hizo recordar la patética conferencia -con lágrimas incluidas- del ex-presidente de Uruguay, Jorge Battle, frente a Eduardo Duhalde, cuando este último era el presidente de Argentina.
La gran mayoría de los parlamentarios se levantó y ovacionó (imaginen a la oposición en Francia...) al presidente Sarkozy en varias ocasiones, especialmente cuando advirtió que es "inaceptable" un Irán con poder nuclear. También cuando ratificó la presencia continuada de Francia en Afganistán.
Sobre Irak, "Sarko" habló poco y nada: dijo que simplemente se trata de un "desacuerdo" entre Estados Unidos y Francia y que nunca entendió el distanciamiento de los dos países por ese tema.
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