miércoles, 8 de julio de 2009

El G8 delibera en medio de las ruinas

La viva imagen de lo que representa el Grupo de los ocho países más poderosos del planeta (G8): sus líderes paseando por escombros y "saludando" a los pobladores de L'Aquila, región italiana azotada por terremotos en abril de este año. Ciudadanos que, por otro lado, siguen viviendo en carpas, intentando "disfrutar" de esta especie de "camping", como les había sugerido su primer ministro, Silvio Berlusconi...



Por otra parte, no se pudo siquiera alcanzar metas razonables para la lucha contra la contaminación global y el cambio climático para la década de 2020. En su lugar, los países industrializados se comprometieron para intentar bajar las emisiones de gas invernadero en un 80% (países en vías de desarrollo, un 50%) para el año 2050 y evitar que la temperatura global ascienda 2 grados celsius.




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martes, 7 de julio de 2009

Sorpresivo gesto de Estados Unidos hacia Zelaya



Cuando parecía que la ambiguedad* sería el tono elegido por Estados Unidos para lidiar con el golpe de estado cívico-militar en Honduras, se anuncia un sorpresivo encuentro entre la Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton y el depuesto Presidente hondureño, Manuel Zelaya, en Washington.

Mientras tanto, tal como se preveía, Honduras ha sido suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA) por aclamación y unanimidad de todos sus miembros. Al parecer, la OEA no ha ido más lejos en cuanto a sanciones (de tipo económicas, por ejemplo) tal como proponían las delegaciones de Venezuela y Nicaragua, debido a la oposición de Estados Unidos y Canadá, que bregaron por un llamado al diálogo entre las partes.

El régimen de facto encabezado por Roberto Micheletti sigue aislado de la comunidad internacional y continúa evocando, de manera paradojal, la tesis de que actuaron en nombre de la constitución nacional hondureña. Siguiendo esta estrategia de enmascaramiento del golpe de estado tras un manto de legalidad, el gobierno de Micheletti ha requerido a la Interpol que proceda a detener a Zelaya, siendo el pedido rechazado inmedatamente por dicho organismo internacional.

El encuentro entre Clinton y Zelaya se producirá dos días después del fallido intento por parte de este último de retornar a Honduras para hacerse cargo del poder. Dicho plan fue abortado por el gobierno de facto al obstaculizar la pista del aeropuerto capitalino con tropas militares. Durante este episodio, una multitud que había asistido al aeropuerto para recibir a Zelaya fue duramente reprimida por el ejército, dejando un saldo de un muerto y decenas de heridos.

Debido a la creciente presión de la comunidad internacional, la Corte Suprema de Honduras ya habla de una posible "amnistía" para Zelaya y el propio Micheletti ha aceptado la mediación del Presidente de Costa Rica, Óscar Arias, ganador del Premio Nobel de la Paz por su intervención diplomática en la década del '80 en la región.



* Según The New York Times: "(...) critics have accused the United States of speaking ambiguously about what it is prepared to do to restore democratic order in Honduras".

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lunes, 6 de julio de 2009

Falleció a los 93 años el principal artífice de la guerra de Vietnam


Robert McNamara, ex Secretario de Defensa de los Estados Unidos, falleció hoy lunes 6 de julio a los 93 años en Washington.

Su figura aparece estrechamente ligada a la guerra de Vietnam, ya que McNamara ejerció su cargo desde 1961 a 1968 y se encargó personalmete de los pormenores de la operación militar, elevando permanentemente el número de soldados estadounidenses en el país asiático.

Numerosos films de Holywood recrearon su accionar durante la guerra. El documental "Fog of War" de 2003 es quizás el mejor exponente.

jueves, 2 de julio de 2009

Golpe al presente y al futuro


Este último domingo 28 de junio se produjo en Honduras un golpe de estado cívico – militar a la vieja usanza. Un retorno al pasado, un acontecimiento que incluso parecía inverosímil al ser presentado por los medios de comunicación. Luego de décadas de gobiernos electos democráticamente, la noticia de un golpe de estado demoró en ser digerida por la comunidad internacional.

Más allá de las primeras declaraciones formales que indicaban el rechazo al golpe, los países del continente americano nucleados en la OEA demoraron la elaboración de un plan de acción coherente y eficaz. La excepción quizás fue Costa Rica, país anfitrión del depuesto Presidente de Honduras, Manuel Zelaya (foto), cuando este fue obligado a punta de fusil a subir a un avión militar. Asimismo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue categórico y respondió rápidamente a los sucesos brindando una conferencia de prensa el mismo día del golpe, dando incluso a entender que estaba dispuesto a utilizar la fuerza para restablecer en su cargo a Zelaya.


El detonante para el golpe de estado había sido el llamado a consulta popular para reformar la constitución que se llevaría a cabo el mismo domingo 28. Este referéndum, declarado ilegal por la Corte Suprema de Justicia hondureña, sirvió de excusa principal para los golpistas, escudándose tras un manto de “legalidad” a todas luces ilusorio.

Recién ayer, miércoles 1 de julio, la Organización de Estados Americanos lanzó un ultimátum al gobierno de facto hondureño, al concederle 72 horas para negociar una salida diplomática al conflicto.

La situación para este sábado es una incógnita: no se sabe qué sucederá cuando Zelaya retorne a Honduras una vez que haya finalizado el plazo brindado por la OEA. En principio, regresará a su país para hacerse cargo del poder, acompañado por dirigentes políticos del continente como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa y de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Se estima que también Hugo Chávez estará presente.

El gobierno de facto hondureño, a cargo del congresista Roberto Micheletti, prometió encarcelar a Zelaya apenas arribe al país, en respuesta a supuestos delitos como “traición a la patria” y, vaya paradoja, “violación de la constitución nacional”.


Mientras tanto, ningún país de la comunidad internacional ha reconocido el “nuevo” gobierno, con la excepción, según el propio Micheletti, de Israel y Taiwán. Incluso pende sobre Honduras la amenaza de ser expulsada de la OEA si no retorna a la vía democrática una vez finalizado el plazo de 72 horas. Particularmente duras han sido las declaraciones de Miguel Ángel Moratinos, canciller español, al señalar que todas las naciones de la Unión Europea retirarán sus embajadores y no reconocerán al gobierno de facto instalado en Honduras, tal como hicieron los Estados americanos.


La capacidad negociadora de Micheletti es inexistente, en cuanto representa a un grupo armado que atentó contra la democracia de su propio país y está cercado por la comunidad internacional de una manera tal que hasta el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo han congelado todos los planes y créditos que estaban en marcha en Honduras. Además, la situación empeora con el correr de las horas ya que el gobierno ilegítimo suprimió artículos constitucionales y garantías individuales: la inviolabilidad de la libertad personal, los derechos a la asistencia jurídica al ser detenido, y de asociación, circulación y reunión, estableciendo en la práctica un toque de queda.


La nota, como siempre ocurre en estos casos, la dio el Wall Street Journal, que en un editorial calificó el golpe de estado en Honduras como “extrañamente democrático”, ya que terminó “legalmente” con la “intimidación populista” de Manuel Zelaya.