miércoles, 24 de diciembre de 2008

Grecia Parte II

Siguen los disturbios en Grecia, dos semanas luego de que la policía asesinara a un joven de 15 años. La defensa del oficial afirma que el disparo se efectuó al aire, pero que de alguna manera (?) la bala terminó en el pecho de Grigoropoulos. Mayor indignación en Atenas y otras ciudades griegas. A propósito, el siguiente afiche:


"Cuidado, en esta área, las balas tienen voluntad propia. Uno dispara al aire y ellas dan en el corazón"


Fuente:
http://www.nassoskappa.com/?p=1019
http://vt-suena-mal.blogspot.com/2008/12/grecia-y-el-gatillo-fcillo-que-jams.html

viernes, 12 de diciembre de 2008

Grecia: la violencia como última forma de expresión eficaz

La noticia más destacada de la semana a nivel internacional fue la ola de violencia que asoló las calles de la capital griega, Atenas, y que luego se extendió rápidamente a otras áreas del país helénico. Los noticieros del mundo hicieron hincapié en el hecho que inició todo, la muerte de un joven griego a manos de la policía, en un caso caratulado incluso como de “gatillo fácil” por los medios argentinos, debido a la experiencia local.

Muy pocos se ocuparon de aclarar que las protestas de los sindicatos de toda Grecia ya estaban programadas antes que ocurriera el violento suceso. Y, lo que es más importante aún, nadie subrayó el hecho de que el asesinato del joven de 15 años fue tan sólo el detonante, la chispa que desencadenó la furia de miles de personas. La situación económica de Grecia dista de ser la mejor. Con una tasa de desempleo juvenil alrededor del 20%, las políticas conservadoras del gobierno cuestionadas severamente, escándalos de corrupción estatal, sumado a la grave crisis financiera internacional, hacen de Grecia el escenario ideal para que surjan este tipo de manifestaciones violentas.

De todas maneras, hay explicaciones que van más allá de la economía de un país, o de una situación particular -por más violenta que sea- como la muerte de un joven en un suburbio de Atenas. No es casual que luego de varios días de agitación política y social en Grecia haya ocurrido lo mismo -en menor escala, es cierto- en Barcelona, Madrid, Copenhague, Burdeos... Todas ellas, ciudades europeas que comparten una geografía urbana similar: barrios periféricos en los que mayormente habitan inmigrantes, desocupados y activistas políticos.

Vale recordar también los meses en los cuales Francia vivió un estado de alerta permanente en 2005 y 2007, con movilizaciones de miles de ciudadanos demostrando una violencia inusitada y desconcertante a la vez para las autoridades, ya que el modus operandi consistía en la quema de automóviles particulares que se encontraban estacionados en la calle. En aquella oportunidad, los medios también hacían referencia al acontecimiento inmediato que había desatado la violencia en las calles: la muerte de dos jóvenes cuando escapaban de la policía en 2005, en un barrio marginal de París y el confuso accidente vial, en 2007, entre un patrullero y una moto, resultando muertos los dos adolescentes que viajaban a bordo de esta última.

Bien vale la pena buscar una explicación más abarcativa de estos estallidos sociales. Una explicación estructural, que haga especial énfasis en la sociología o -como vimos- la economía. Otra posible salida es la que ensaya el filósofo esloveno Slavoj Zizek: no hay una explicación racional, porque no estamos en presencia de la sociedad reflexiva, como muchos académicos gustan repetir: "Lo que hay que resistir cuando se nos presentan crónicas e imágenes de autos que arden en los suburbios de París, es la búsqueda de un significado o mensaje más profundo oculto en esos estallidos. Lo más difícil de aceptar es, precisamente, su extrema ausencia de sentido: más que una forma de protesta, constituyen un passage a l''acte que testimonia no sólo la impotencia de los perpetradores, sino, sobre todo, de la falta de lo que Frederic Jameson llamó ‘mapeo cognitivo’, de su incapacidad para inscribir la experiencia de su situación en un todo significativo"[1]. El mismo párrafo puede aplicarse sin problemas a la semana que se vivió en Grecia.

Una línea argumentativa similar es la sostenida por el sociólogo polaco Zygmunt Baumann: "La sociabilidad, por así decirlo, flota a la deriva, buscando en vano un terreno sólido donde anclar, un objetivo visible para todos hacia el cual converger, compañeros con quienes cerrar filas. Existe en el ambiente esa cantidad... errante, tentativa, sin centro. Al carecer de vías de canalización estables, nuestro deseo de asociación tiende a liberarse en explosiones aisladas... y de corta vida, como todas las explosiones (...). A veces, a través de estallidos de hostilidad y agresión"[2].

De esta manera observamos un panorama más complejo que el que suponen los medios masivos de comunicación, cuando interpretan los acontecimientos como determinados por hechos fortuitos, errores o estallidos de violencia aislada. Dicho modo argumentativo lleva a olvidarnos del contexto socio-político en el que viven millones de personas, incluso en el llamado Primer Mundo, donde una parte sustancial de sus ciudadanos manejan la violencia como última forma de expresión eficaz.



[1] Slavoj Zizek; “Francia violenta, la sociedad en riesgo”, Revista Ñ, Buenos Aires, 12/11/2005.

[2] Zygmunt Baumann; “En busca de la política”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001.