
En realidad, todo comenzó el día lunes en un ámbito académico, fuera de Naciones Unidas, más precisamente en la Universidad de Columbia (también en la ciudad de Nueva York), donde disertó el Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, invitado por las autoridades de esa institución. Allí, sorprendió a todos el discurso del Rector, Lee Bollinger, quien tildó al premier iraní de "cruel dictador" y lo acusó de ser el principal peligro de la comunidad internacional y el enemigo número uno de Estados Unidos. Cuando hizo uso de la palabra Ahmadinejad, denunció la falta de respeto del Rector y se preguntó si lo habían invitado para insultarlo. Además habló del Holocausto (no lo negó, aunque pidió que sea visto desde "otras perspectivas" -?-) y de los padecimientos del pueblo palestino.
Con semejante clima comenzó la Asamablea General de Naciones Unidas, aunque el Presidente George W. Bush, cuando hizo uso de la palabra, apenas si se refirió a Irán, y sólo de manera indirecta. En cambio, fue el Presidente argentino Néstor Kirchner quien requirió la cooperación de esa nación islámica con la justicia argentina para esclarecer los atentados de 1992 y 1994 contra entidades judías en Argentina. Inmediatamente después fue el turno de Ahmadinejad, quien no se refirió al tema, pero eligió criticar a los países del primer mundo occidentales, apuntando a que son esos países los que no cumplen con los derechos humanos.
El eje de la polémica pasó, en realidad, por las palabras de Bush sobre Cuba y su Presidente con uso de licencia, Fidel Castro, a quien calificó de "dictador", a lo que la delegación cubana se levantó y se fue del recinto. Horas más tarde, el Canciller de Cuba afirmó que "Bush no tiene autoridad moral para juzgar a nadie" y tildó de "bochornoso" el discurso del presidente norteamericano.
Así se desarrollaba la 62º Asamblea General de la ONU, en medio de acusaciones cruzadas y, además, mientras, en Myanmar se producían gigantescas movilizaciones populares en contra del gobierno militar, con una sangrienta represión luego de 24 horas que preocupa a la organización y provocará seguramente alguna resolución del Consejo de Seguridad.